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Néstor Beltrán valladares

miércoles, 28 de marzo de 2012

Los milagros de Dios


A muchos médicos no les gusta considerar la intervención de Dios cuando la vida de uno de sus pacientes está en juego. Pero me tocó presenciar exactamente lo contrario hace más de un año, cuando mi suegro fue hospitalizado después de haber colapsado tras un ataque al corazón. Como consecuencia, se hizo necesario hacerle una cirugía de bypass cuádruple.

La historia dio un vuelco muy dramático unas semanas más tarde, cuando después de haberse recuperado de la operación, su corazón se detuvo debido a unas dosis incorrectas de medicamentos, y tuvo que ser trasladado rápidamente a la sala de urgencias.

Después de dos horas de procedimientos de emergencia para reavivar su corazón, el cual continuaba latiendo solamente gracias a un marcapasos que había sido insertado directamente en su corazón a través de su cuello, los doctores se dieron por vencidos. Cuando apagaron el marcapasos, pudimos observar en el monitor de ultrasonido cómo su corazón quedaba inerte. Cuando lo volvieron a activar, su corazón comenzó a bombear sangre nuevamente, pero de manera artificial. Vimos esto repetirse varias veces.

Cuando se tomó la decisión final de “desconectarlo”, se notificó al médico forense. Yo lo ungí, tal como se nos instruye en las Escrituras (Santiago 5:14), y le pedí a Dios su intervención y sanación completa. El cable fue desconectado. Y luego ocurrió un milagro. Los doctores se asombraron de ver unos cuantos latidos, aunque muy tenues. Las enfermeras comenzaron a llorar. El corazón, que hacía un momento carecía de vida, ahora intentaba latir débilmente.

Aquellas 24 horas en las cuales su presión sanguínea fue desde menos de 24 a más de 40, hasta 50 y hasta más de 80, fueron interminables. Aún se hallaba peligrosamente baja, pero seguía subiendo. El doctor de la sala de urgencias continuó visitando la unidad de tratamientos intensivos el día siguiente para observar los monitores, asombrado de que el corazón de mi suegro continuara fortaleciéndose. Cada vez decía lo mismo: “Ahí está el hombre-milagro”.

Mi suegro está con nosotros hoy día, y goza de muy buena salud. Creemos que Dios intervino y lo trajo de vuelta, después de haber estado al borde de la muerte.

Los milagros y el evangelio del reino
¿Tienen algo que ver los milagros con el evangelio del reino de Dios? Los milagros también son  llamados “señales” y “maravillas” en las Escrituras. Las señales y maravillas son eventos que no pueden ser explicados por medio de la ciencia o las leyes de la naturaleza.

En el libro de Hechos leemos que, después de que Jesucristo hubo regresado a su Padre, sus discípulos oraron a Dios para que permitiera la ocurrencia de milagros con el propósito de demostrar a través de quiénes trabajaba Dios. “Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo hijo Jesús” (Hechos 4:29-30).

Sin embargo, aquí hay algo que quizás usted no haya percibido antes: con frecuencia, los milagros de Dios son utilizados para validar el poder de su reino, el reino de Dios. En el libro de Daniel se encuentra un ejemplo clásico acerca de esto. Un malvado rey se convenció del poder del Dios Altísimo y de su reino debido a un poderoso milagro:

“Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación” (Daniel 4:1-3).

Note la directa conexión entre las señales y maravillas, que apuntan hacia el reino de Dios.

Los actos poderosos de Dios son demostraciones de su gobierno, de su territorio, de sus sujetos, de su reino.  Las “señales y maravillas” generalmente revelan la realidad presente y futura del reino de Dios. Es importante entender por qué Jesucristo, el Hijo de Dios y rey venidero de ese reino, también utilizó milagros y señales.
Durante su vida, Cristo ofreció a quienes creyeron en él un adelanto de lo que será aquel reino y anunció al mundo aquella realidad futura, cuando él regrese a establecer el reino de Dios.

Las señales y maravillas irrumpen en nuestro mundo ocasionalmente y nos ofrecen evidencias maravillosas del gobierno de Dios. Ellas garantizan su futura instauración, en la que ejercerá su dominio sobre toda la Tierra y derrocará a esta presente era de maldad.

El milagro de la transformación personal

¿Cuántos más milagros se necesitarán para que usted le crea completamente a Dios? Aun cuando experimentemos milagros innegables, el pecado puede engañar y endurecer nuestros corazones. El poder más importante para suavizar los corazones duros es la morada en ellos del espíritu santo de Dios. El espíritu santo permite la transformación personal y milagrosa de nuestra vida.

El llamamiento de Dios y el regalo del Espíritu Santo es lo único que la gente necesita. Claro, los milagros –-las señales y maravillas-– atraen la atención inicial, pero esa atención no siempre es positiva ni transformadora de la vida.

La respuesta a las necesidades de la humanidad se encuentra en las Escrituras: “Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: ’Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré’” (Hebreos 10:15-16).

Este es el milagro de la transformación personal. No subestime el poder de Dios en su vida después de que haya sido bautizado y reciba la dádiva del Espíritu Santo. Después de eso, ore cada día para ser guiado por el espíritu de Dios. No sea engañado. Sea transformado.

Sí, los milagros aún ocurren hoy en día. Ocurrieron en el pasado, y ocurrirán nuevamente en el futuro. Algunos de los milagros más grandiosos son las vidas transformadas del pueblo de Dios de hoy. Que no se nos olvide esto: los milagros son la validación del poder del reino de Dios.

Atentamente,
Peter Eddington
Gerente de medios y comunicaciones
Revista Las Buenas Noticias

lunes, 26 de marzo de 2012

La Ultima Palabra - Videoclip - Musica Cristiana



viernes, 16 de marzo de 2012

Mensaje De Jesús – La Paz Oz dejo, Mi Paz Oz Doy



La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Juan 14:1

Las noticias que escuchamos a diario no son nada alentadoras, la mayoría son malas noticias como si fuera esto lo que deseáramos escuchar. La verdad es que los medios de comunicación y el periodismo en general se alimentan y ganan dinero con escándalos, catástrofes, robos, violaciones, asesinatos y eso es lo que a diario llega a nuestra vida.

He aquí lo relevante de estas palabras dichas por Jesús y que  pareciera que actualmente nadie entiende:
Mi paz hoz dejo mi paz hoz doy. Estas palabras en si encierran un gran significado que a nuestro señor le hubiera gustado que todos las entendiéramos en su real dimensión. Dios quiere que cada uno de nosotros entendamos que la paz que el nos deja es hacer la paz. Nadie puede vivir en paz si esta en guerra. Nadie puede vivir en paz si aborrece a su hermano. Nadie pude vivir en paz si destruye el patrimonio público. Nadie puede vivir en paz si discrimina a las personas por su convicción política, religiosa o sexual.

Con esto no quiero decir que estoy de acuerdo con el homosexualismo, al contrario creo que es un error y gran pecado, pero no soy yo quien para juzgar, Dios ama al pecador pero aborrece el pecado y la razón de haber enviado a su hijo Jesús fue exclusivamente para salvar a aquello que estaba en condena y mostrarle que estaban en camino de error.

Hoy más que nunca tenemos que tomar esta gran bendición que Dios nos dio por intermedio de su hijo Jesucristo. Es mucho más fácil y sencillo que nosotros cambiemos que tratar de cambiar a todo el mundo.

Si todos los días nos levantáramos, Diéramos las gracias a Días y nos propusiéramos hacer algo muy bueno, solamente en Chile tendríamos 15.000.000 de buenas acciones y un punto de partida para ser mejores personas, ser mejores vecinos, ser mejores compañeros, ser mejores cónyuges, mejores hermanos y por su puesto se un mejor país.

Y nosotros tendríamos asegurada nuestra morada en el reino de los cielos.
Mira lo que dice Jesús en el siguiente versículo.

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.  Juan 14:2
14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:3
Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.  Juan 14:4

Que Dios los bendiga


Néstor Beltrán Valladares