Cuando invocamos el nombre de nuestro Señor, estamos siendo
participe de la riqueza espiritual que él tiene para nosotros.
Es increíble ver a muchos
que toman el nombre de nuestro Señor en vano, tocan las puertas de las
casas y hablan de él como si fuera muy importante para ellos, sin embargo no
creen en él. Lo usan como un ariete para derribar la puerta de la desconfianza
y una vez que están dentro despliegan todos sus verdaderos propósitos.
Cuidarnos de estas personas que nos llevan la falsa doctrina
hasta nuestros hogares debe ser nuestra primera tarea. Orar para que el
verdadero propósito del evangelio sea predicado a la luz de la verdad de la
escritura y respaldado 100% por ella, debe ser la tarea que todo cristiano debe
hacer a diario.
Pablo el Apóstol que llevó la palabra a los gentiles, antes
de convertirse a Cristo, era un perseguidor de cristiano, que los encarcelaba,
torturaba y luego los ejecutaba. Pablo fue el responsable de muchas muertes de
inocentes cristianos, pero Dios lo tenía seleccionado para él y cuando se
dirigía a Damasco se le apareció. Creo que la experiencia de Pablo debe
llevarnos a recapacitar.
Acaso fue un ángel el que le hablo, o bien un arcángel,
no, sencillamente fue el propio Señor Jesús el hijo de Dios quien le habló con
la autoridad que solo Dios puede tener. El cambio que sufrió Pablo luego de esta experiencia de haber escuchado a Jesús y quedar ciego, fue instantáneo,
el en esta experiencia sobrenatural reconoció con quien estaba hablando y tuvo
temor.
Después de esta experiencia Pablo ya nunca más fue el mismo. De perseguidor
de cristianos paso a pescador o captador de almas para la salvación y llevo la
palabra del evangelio de buenas nuevas a los gentiles, para que estos también pudieran
formar parte de la gran familia de Dios.
Estimado amigo, cuídese de aquellos que usan el nombre de Jesús
en vano y solo lo utilizan para ganarse la confianza de la gente para luego
entregarle un mensaje completamente distorsionado de la palabra de Dios. La
palabra dice que en los postreros días saldrán muchos engañadores y que aún
harán caer hasta los escogidos.
Estimado amigo y hermano en la fe, cuídese de las falsas
doctrinas, cuídese de ser uno de los engañados.
Invoque el nombre de Jesús a diario, en el encontrara la paz
y la riqueza espiritual que necesita para tener una vida plena y feliz.
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