Parábola de los talentos
(Mateo 25: 15 – 30)

¿Que es lo que Dios quiere de nosotros?
Bien parece que la parábola de los talentos es una historia que relata la gestión financiera de tres personas que se le entrego una cantidad exacta de dinero para que fuera invertido y así obtener un beneficio lucrativo.

Jesús siempre nos habló por parábola y una de las razones porque lo hizo, fue revelar los secretos del reino de los cielos a los más pequeños y esconder las maravillas de Dios de los que se creían poseedores de la verdad.
Es así como Jesús enseño gran parte de su evangelio con ejemplos prácticos de cómo debe ser un administrador de la Fe.
Hoy investigando en internet me di cuenta que muy pocos escritores están desarrollando temas de los evangelios y eso me demuestra cuán lejos está esta sociedad de Dios.
La parábola de los talentos es un llamado de atención para todos los que amamos y abrazamos la fe cristiana y no insta a llevar la palabra de Dios y predicarla a toda criatura.
El Señor Jesús nos dejo la gran comisión que es llevar almas a la salvación. No es dinero, ni oro, ni riquezas las que él quiere que tú multipliques, los talentos son hombres, mujeres, niños, jóvenes, adolecentes. El quiere que te muevas en pos de su voluntad, busques su rostro, su espíritu santo.
Porque tomamos en menos lo que Jesús nos dice y no damos crédito a sus palabras. Dios es amor pero también es fuego consumidor. El principio de la sabiduría es el temor a Jehová Dios.
Si Jesús nos dejo la parábola de los talentos es porque el Padre que está en los cielos quiere que seamos cristianos verdaderos nos sacudamos el manto religioso y que hagamos su voluntad y la voluntad del Señor es que multipliquemos sus talentos llevando muchas almas a la salvación.
Hermanos tengamos mucho cuidado con lo que estamos haciendo, no sea que te llegue la hora y Dios te pida cuenta del talento que te dio y tú tengas que decirle que lo tienes enterrado.
La parábola de los talentos
Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
25:15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
25:16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos
25:17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
25:18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
25:19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
25:20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
25:22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
25:23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
25:24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
25:25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
25:26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
25:27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
25:28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
25:29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
25:30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

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