La mano de Dios
Hay circunstancias en la vida en que pareciera que todo va
mal y no sabemos cómo enfrentar los problemas, entonces es el momento propicio
para que extiendas tu brazo y te tomes de la mano de Dios.
El motivo para todas estas experiencias traumáticas puede
ser una enfermedad, la perdida de nuestro empleo, lo negocios que van mal, una
quiebra económica, la pérdida de un ser querido, y tantas otros motivos que
pueden realmente darnos un vuelco en 180º a nuestro estado anímico.
Sin embargo lo que muchas veces desconocemos es el poder de
Dios para venir en nuestra ayuda, cuando necesitamos urgente y desesperadamente
su intervención divina. Si supieran la mayoría de las personas que la solución
a su problema está a menos de 50 centímetro del piso, pero como seres humanos
que somos, dejamos a Dios para el último, cuando ya casi no existe una solución
viable.
Esta usted en una de esas circunstancias que pareciera que
ya no tiene solución, de una vuelta y busque el rostro de Dios, pídale con
fuerza, pero también con mucha humildad: Dios, ayúdame ya no puedo más, no
puedo solo con esto necesito que tomes mi mano y me levantes, porque de lo
contrario no podre salir.
Esta es la manera correcta de pedirle a Dios que lo ayude,
no le deje como última opción, al Señor le gusta ser el primero, la primera opción
de ayuda para sus hijos y está atento a todas las suplicas cuando estas son
hechas por un corazón humilde y sincero y en espíritu y en verdad. Recuerde
Dios jamás pondrá sobre sus hombros más carga de la que pueda soportar.
¿Por qué al hombre le cuesta tanto tomarse de la mano de
Dios?
Soberbia, orgullo, incredulidad, vergüenza al qué dirán,
falta de compromiso y tantas otras excusas que hacen que el hombre permanezca
lejos de la mano de Dios, en consecuencia que nuestro creador está ahí
esperando y atento a escuchar el clamor de sus hijos, esperando la oportunidad
para venir en tu ayuda, el tiene un bodega llena de bendiciones y milagros para
regalarte, pero tu prefieres confiar en el hombre y no en tu creador.
Conoces la historia del rey Ezequías 20 (1-11).
Este es un claro ejemplo de lo que es capaz de hacer Dios
con sus hijos, revirtió su sentencia de muerte y agrego 15 años más de vida al
rey Ezequías cuando el rey supo que iba a morir, pero que hizo el rey cuando el
profeta Isaías le dijo, ordena tu casa porque vas a morir, el rey dio vuelta su
rostro hacia la pared y lloro a Dios suplicando por su vida.
Dios extiende su mano para tomarte y sacarte del pozo de la
desesperación, no existe otro propósito en Dios más que ayudarte a ser
grandemente bendecido, pero porque no puedes lograr todas esas buenas dádivas
de parte de Dios, porque de boca crees en él, pero no le crees, entonces como
quieres que haga una obra en ti y realice un milagro en tu vida.
Porque no alzas tu mirada al cielo y le pides de corazón,
que te impide ir a él y aferrarte a su mano con fuerza. Acaso no es el Dios del
amor, el que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que crea en el no se
pierda más tenga vida eterna.
Sé que hay situaciones en que pareciera que no hay esperanza
y que todo se derrumba, nuestro ánimo decae y entramos en el pozo de la
desesperación, pero ahí está el Señor para acudir en tu ayuda y sacarte. Nunca
te olvides que por muy grande que sean tus dificultades, la última palabra la
tiene Dios.
La mano de Dios
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