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Néstor Beltrán valladares

lunes, 5 de noviembre de 2018

El hijo prodigo La parábola de Jesús

el hijo prodigo

El hijo prodigo una de las parábolas más impactantes de Jesús

El hijo prodigo,  es una de las historias más comentadas y más predicadas en la iglesia cristiana evangélica.
La razón es que es una figura que trasciende todos los tiempos y su enseñanza se puede aplicar sin ningún problema.

Pero esto noo nos debe sorprender, ya que la palabra de Dios es viva, no pasa. Como dice Jesús. el cielo y la tierra pasara, pero mi palabra no pasará, porque es eterna. Es sabiduría de Dios para hoy mañana y siempre.
Para muchos hoy día, la palabra es irrelevante, no le dan importancia.
Viven, respiran por su propia cuenta, Dios para estas personas no es importante.
Sin embargo, la verdad es que nadie puede estar completo si carece de una relación estrecha con El Hijo de Dios.
Es por eso que si analizamos la enseñanza de esta parábola el Hijo pródigo.
Podemos darnos cuenta que Dios no es el que abandona como muchos pretenden dar a entender. Somos nosotros los que nos alejamos del y de su maravillosa protección
Dios siempre esta con los brazos abiertos esperando para entregar todas sus bendiciones.
El hijo pródigo se puede relacionar con los hijos de este siglo. Lo quieren todo ahora sin esfuerzo y despilfarran su vida en vicios, fiestas y dan rienda suelta a sus más bajas pasiones. Exactamente igual como lo describe el relato de Jesús.

El hijo prodigo, una parábola que te enseña cual es el camino al arrepentimiento

El relato comienza describiendo un hombre que tenía 2 hijos y el menor de ellos le pide a su Padre que le adelante la parte de la herencia que le pertenecía y el Padre procedió a repartir.
El relato el hijo prodigo dice que el menor tomó su parte y se marcho de la casa lejos a una provincia. Ahí malgasto y desperdicio todo su dinero, viviendo perdidamente.
Esto nos indica que el mundo de hoy no es muy diferente. Muchos jóvenes quieren vivir sus propias vidas lejos de Dios, sin frenos y ataduras, si responsabilidades y cometiendo todo tipo de pecados.
Lo cierto es que nadie puede negar que cuando pecamos, nos infringimos daño. Esto poco a poco comienza a hacer sus efectos negativos en nuestra vida.
Un ejemplo es el uso de drogas, los jóvenes comienzan con el alcohol, marihuana y luego quieren probar otras drogas para experimentar nuevas sensaciones.
Lamentablemente, ahí comienza la desgracia, porque, este flagelo se apodera de su voluntad y comienza a destruir a la persona y afecta a todo su entorno.

La parábola el hijo prodigo nos enseña las consecuencias de vivir alejados de Dios y no tomar en cuenta sus mandamientos y consejos.

Siguiendo con el relato, este joven perdió todo el dinero que el Padre le había dado y se encontró en desgracia, desprotegido y sin recursos. Es por esta razón que cuando vino la hambruna no tuvo de donde sacar para poder alimentarse.
Cuantas veces el Señor nos todas sus bendiciones para vivir una vida tranquila y feliz junto a nuestros seres amados. Nosotros desperdiciamos todo esto por nuestra falta de sabiduría.
Entonces se acercó a uno de los ciudadanos y le solicitó ayuda, el le envió al campo a apacentar unos puercos.

Esto para los Judíos representaba la ocupación más degradante que pudiera desempeñar.

Sentía tanta hambre que deseaba llenar su estómago con las cascaras que comían los puercos, y lo más triste es que nadie le daba nada.
Eso es lo que le pasa al ser humano cuando se aleja de del Dios vivo. Podemos caer tan bajo que nos comenzamos a relacionar con puercos. Muchas jóvenes con el propósito de conseguir las drogas, se prostituyen, los hombres roban y llegan incluso a matar.
Luego de ver todo lo que le estaba sucediendo, volvió en si y dijo.
Cuantos jornaleros tienen de todo en la casa de mi Padre y les sobra y yo aquí perezco de hambre.
Dijo pues, me levantaré he iré donde mi Padre y le diré, he pecado contra el cielo y contra ti.
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo, hazme como uno de tus trabajadores.
Y se levanto y fue donde su Padre.

El amor de un Padre que ve llegar a un hijo que creía perdido

Pero su Padre lo diviso a lo lejos y su corazón se llenó de misericordia y corrió, le abrazó y lo beso.
Así es nuestro Padre celestial, siempre esta atento, esperando tu regreso, para besarte y llenarte de amor.
El hijo le dijo, ya no soy digno de ser llamado tu hijo porque he pecado contra el cielo y contra ti.
Sin embargo el padre le ordeno a sus siervos, sacar el principal vestido y vestidle, y poner anillo en su dedo, zapatos en sus pies.
También mando por el becerro gordo para matarle y comer y hacer fiesta.
Porque este mi hijo muerto era y ha revivido, se había perdido y es hallado.
Y comenzaron a regocijarse.
Y el hijo que estaba en el campo, llego a la casa y escucho música.
Llamo a uno de sus siervos y pregunto que pasaba.
Le dijo, tu hermano ha venido y tu padre ha matado el becerro grueso, por haberle recibido salvo.
Entonces el hijo mayor se enojó tanto y no quería entrar.
El Padre le rogó, pero el respondió con, yo te he servido tantos años sin haber transgredido tus mandamientos y nunca siquiera me has dado un cabrito para gozarme con mis amigos.
Más cuando vino este tu hijo que ha malgastado tu herencia con rameras, has matado para el el becerro más gordo.
El Padre le dijo, hijo tu siempre estas conmigo y todos mis cosas son tuyas.
Más era necesario hacer fiesta porque este tu hermano, muerto era y ha revivido, se había perdido y es hallado.

Como conclusión final, podemos decir que la parábola el hijo prodigo nos enseña:


  • Que nadie se puede justificar por sus propias obras ni auto justificarse.
  • La salvación es por gracia y por arrepentimiento genuino.
  • A Dios no lo puedes manipular con argumentos de auto justificación.
  • Jesús vino a rescatar lo que se había perdido, lo que para el mundo es desechado.
  • Dios no es el que nos abandona, nosotros somos los que le damos la espalda.
  • El pecado destruye más el arrepentimiento salva.
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Jesús el buen Pastor
Sacrificio de Dios y la salvación por gracia.

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